Santo Domingo, RD. — La masiva movilización de más de 100 mil personas para presenciar el histórico concierto de Bad Bunny en la capital dominicana puso nuevamente de manifiesto el notable dinamismo y la solidez económica que atraviesa la República Dominicana. Un indicador claro fue la disposición del público a pagar boletas que alcanzaron precios de hasta 30 mil pesos, agotadas con días de anticipación.
El éxito del evento confirma que, contrario a ciertas percepciones, las cancelaciones de espectáculos o cierres de negocios no responden a una disminución del circulante ni a una falta de capacidad económica del público. Más bien, según se evidencia en este contexto, la clave está en la capacidad de conectar con las preferencias de una audiencia cada vez más exigente y expuesta a una amplia oferta de entretenimiento.
En medio de una marejada de opciones atractivas y experiencias innovadoras, solo aquellas propuestas que entienden y sintonizan con el gusto popular logran destacar. En el mercado actual, la regla es clara: quien no innova, pierde relevancia y termina apagándose lentamente.
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