Entre abucheos y aplausos reciben Donald Trump durante estreno de “Los Miserables”



La atención del público se repartió entre el escenario y la audiencia este miércoles en el Centro Kennedy, donde el presidente estadounidense Donald Trump asistió por primera vez a una función en ese recinto desde su regreso al poder, en medio de una creciente controversia por su influencia en la institución cultural.

La función de apertura del clásico musical Los Miserables fue escenario de reacciones encontradas. Trump, acompañado por la primera dama Melania Trump, fue recibido con una mezcla de abucheos y aplausos al tomar asiento. Durante el intermedio, un espectador gritó una grosería contra el mandatario, lo que desató aplausos entre parte del público.

Entre los asistentes se encontraban varias drag queens, cuya presencia fue interpretada como una protesta simbólica frente a las críticas del presidente al número de espectáculos drag acogidos anteriormente por el Centro Kennedy.

La velada tuvo un tono inusualmente político. El evento contó con la asistencia de altos funcionarios y aliados cercanos a Trump, como JD Vance, vicepresidente de la administración, su esposa Usha, y Ric Grenell, actual director interino del Centro Kennedy, designado directamente por el presidente. También estuvieron presentes la secretaria de Justicia Pam Bondi y el secretario de Salud y Servicios Humanos Robert F. Kennedy Jr., quien fue visto tomándose selfies con el público. La activista Laura Loomer compartió videos del evento en redes sociales desde una de las primeras filas.Trump desfiló por la alfombra roja al llegar al teatro, manifestando su intención de transformar el Centro Kennedy. “Queremos recuperarlo y hacerlo mejor que nunca”, declaró. El presidente ha prometido reestructurar tanto la programación como la gestión del recinto, en lo que ha descrito como un intento por erradicar la “ideología liberal” de la escena artística nacional.

Trump ha expresado en varias ocasiones su aprecio por Los Miserables, el extenso musical ambientado en la Francia del siglo XIX, cuyas canciones han sido utilizadas en algunos de sus eventos políticos. En particular, “¿Oyes a la gente cantar?”, himno revolucionario del espectáculo, resonó con fuerza en el teatro, mientras en las calles de Los Ángeles continuaban las protestas por las políticas migratorias del presidente y el despliegue de la Guardia Nacional. “Alguien explíquele la trama”, escribió irónicamente el gobernador de California Gavin Newsom en sus redes sociales, en referencia al contenido político del musical.

Desde su retorno al poder en enero, Trump ha sacudido al Centro Kennedy con una serie de cambios abruptos. Destituyó al director y a toda la junta directiva —que llevaba años al frente de la institución— y los reemplazó con funcionarios afines. Luego, fue nombrado presidente del consejo, lo que consolidó su control sobre una de las instituciones culturales más emblemáticas del país.

El Centro Kennedy, fundado en 1971, ha sido históricamente un símbolo del apoyo bipartidista a las artes escénicas. Sostenido por fondos federales y donaciones privadas, tradicionalmente ha buscado mantener la neutralidad política, una visión que ahora enfrenta uno de sus mayores retos.

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