SANTO DOMINGO, República Dominicana.- No hay obstáculos para avanzar. La expresión le cae como anillo al dedo a Noelia Adames Batista, de 22 años. A su corta edad sabe cómo encarar los retos de la vida. La joven, cuya madre se dedica a los quehaceres domésticos y su padre en condiciones de discapacidad, cursa el cuatro semestre de la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Para no abandonar sus estudios, Adames Batista analizó todas las opciones para generar recursos económicos para poder costear su anhelada carrera. La opción escogida: Vendedora de helados. Desde las primeras horas de la mañana, sale de San Isidro, en Santo Domingo Este para vender helados.
Adames Batista llega al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), su principal punto de venta, a las 2 de la tarde, y desde ahí, inicia la faena. “Para mí este trabajo es un logro realmente”, dice a los periodistas de La Provincia, con un reflejo de orgullo en su rosto. “Con este trabajo me ayudo a pagar los estudios en la universidad”, asegura.
👇Ama su trabajo
Para Adames Batista, además de generar dinero, el trabajo que “realizo me llena de satisfacción porque me gusta atender al cliente”. “Me gusta todo lo que tiene que ver con servicio al cliente”, asegura la trigueña, de cabellera alborotada. Dice que tiene dos hermanos, el mayor vive en España, y el menor, está cursando el bachillerato.
👇La venta
Al profundizar la conversación con los periodistas de La Provincia, Adames Batista afirma que vende 150 helados diarios, a 25 pesos cada uno. Total, RD$3,750 por día. La joven, que estudió el bachillerato en el Liceo Félix María Ruiz, en el sector La Toronja, en Santo Domingo, ingresó a la UASD a los 19 años, donde piensa graduarse de doctora en Medicina. “Lo principal para mi graduarme en mi carrera y seguir adelante”, dijo Adames Batista a La Provincia.
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